Desde hace 10 años los comercios (tiendas) a nivel global tienen un gran desafío: la mayoría de los consumidores “están poniendo el dedo en la pantalla de su celular”, lo que significa un cambio que debe ser asumido para poder mantener a los clientes.
“Un desafío que tienen los comercios es que los clientes pueden ir más rápido en la forma de vivir la vida que en la forma de vender, por lo que si un comercio se queda igual de bonito que 10 años que empezaron los teléfonos inteligentes, ¿qué pasa? los clientes dirán: te quiero mucho, pero te quedaste anticuado”, dijo Lluis Martínez-Ribes, conferencista y consultor internacional experto en estrategias de neuromarketing, retail, omni-channel, marketing del comercio, entre otros temas, quien visitó el país para dictar la conferencia “Repensando el retail en una época de cambio: cómo innovar para afrontar los nuevos hábitos de consumo”, con motivo al 20 aniversario de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (ONEC).
Martínez-Ribes, quien fue nombrado “Expert in retail innovation” por la Comisión Europea, expresó que comprar es parte de la vida de las personas, por lo que es necesario brindarles una experiencia de fácil acceso y que motive los cinco sentidos.
En ese sentido, agregó que ya los clientes no solo son sensibles al precio, sino también “al precio de la vida”, por lo que buscan una experiencia de compra rápida, sencilla, con menos dudas y que motive su imaginación.
Destacó que estas son las ventajas que tienen los comercios tradicionales frente a las tiendas que solo venden por Internet, pero puntualizó que estas también pueden usar esa herramienta tecnológica.
Sugirió que dos cosas que tienen que hacer las tiendas son: crear un lugar de compra sin fricciones (sin fastidios, sin esfuerzos, rápida, sencilla, sin duda) y, por otro lado diseñar espacios que motiven la imaginación.
En tanto, el presidente de la ONEC, José Luis Magadán, dijo que el sector comercio tiene algunos retos.
Un primer desafío, a su juicio, es vincular el comercio formal a la sociedad.
“La formalidad es una lucha por nuestra competitividad, pero también es una lucha para que mayor cantidad de recursos puedan ser invertidos en el desarrollo social por parte de los gobiernos”, dijo.
Explicó que un segundo reto es un comercio obligado a mirar las nuevas formas en que el consumidor compra y disfruta el comprar.
“Cada vez más estamos pendientes y buscamos conocer los cambios en los consumidores, entenderlos, ajustar nuestras prácticas comerciales a ellos”, dijo.
Señaló que otro desafío es un comercio que requiere un marco institucional y legal que fomente la equidad y la competitividad. Planteó un comercio abierto a la innovación permanente.
Si quiere hacer del comprar una experiencia placentera y de gozo, la innovación es el camino más acertado, dijo.