La importación de ropa usada para ser vendida a la población en general, las populares «pacas», son un negocio igual que otro cualquiera y, por tanto, deben pagar iguales impuestos que los que paga el comercio organizado.

Las «pacas» tienen la ventaja de que, al ser ropa usada, se puede vender más barata y hasta ahora se ha permitido que se venda en condiciones en las cuales los comerciantes de ese ramo no tienen que pagar locales, ni todo lo que ello conlleva.

No vamos a cuestionar las cuestiones de salud pública envueltas en la actividad, sino el hecho de que al ser esas ventas una operación como otra cualquiera, deben cumplir con los mismos requisitos que todas las actividades de lícito comercio.

Los vendedores de «pacas» afirman que ellos son pobres, pero evidentemente son menos pobres que los que acuden a sus negocios a comprar ropa usada. Por tanto, deben aportar en la proporción correspondiente al fisco. Ellos consumen recursos que son de todos, como los espacios públicos y otros. No hay excusa para que no paguen.

http://www.diariolibre.com/opinion/2015/06/09/i1186371_las-pacas.html